De las relaciones especulativas y el fanatismo como síntoma de ignorancia

"Durar no es estar vivo corazón, vivir es otra cosa."


Los que padecen un terrible miedo a la libertad, necesitan llamativamente, que su “patrón” sea alguien poderoso y a menudo autoritario. Claro que les agradaría que matice su intensidad dirigencial, con calidez humana, es decir, se conforman con un pequeño gesto, que los haga sentir especial, uno solo… uno cada tanto.
Así de miserable es el respeto humano en la mayoría de los casos. Así se forman partidos políticos, clubes, ONG, instituciones y todo tipo de sociedades, en las que hay un líder que adorar, aun cuando estos atributos pertenezcan al cargo y no a la persona.
Ahora bien, si ampliamos las consideraciones expuestas, veremos que estas son aplicables a todo tipo de relaciones en general, en especial las de amistad, las de pareja, las familiares, las laborales, etc, etc. Más aun, hay un adalid en el consumo de la tecnología, en el vértigo de la información y de los hábitos actuales, casi todos lo adoran, y al menos en apariencia siguen a ese incuestionable “Patrón”.
Amor no es reciprocidad. No es admiración. No es intensidad. Es aceptar al otro, es dar sin especular. Por eso en el amor no hay dolor. Por eso el amor es libertad. No llena estadios, no tiene banderas, no hace guerras, ni es elegido por correligionarios… no lo odian cuando vive, ni lo idolatran a lagrimas falsas cuando muere. Amor, es sobre las contradicciones, sobre el crecer… el compartir. Amor no es reciprocidad. No se puede comprar. No viaja en autos importados. No levanta el vidrio polarizado, para dar monedas. Amor, son las simples cosas…

1 comentario:

  1. "El miedo al saber, es el miedo a la libertad" - Eric Fromm

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Canto, desesperadamente canto/ con voz de tinta y letra de agonía/ rota por dentro, loca por fuera." Maria Elena Walsh

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