Sin Ceros

Honestamente, no es fácil ser sinceros.
Algunos creen que si, pero es porque no lo son. Algunos creen que ser sincero es decirle la barbaridad más grande al otro en la cara. Es ir de frente, sin mentir, sin pensar, sin medir.*
Ojalá fuera tan sencillo, pero entonces, no se trataría de una virtud.
Lamentablemente, sólo puede ser sincero (con los demás), quien antes se sincere consigo mismo, si no, es imposible. Tamaña empresa, es tan ardua como infinita.
Quienes estén dispuestos a atravesarla, a cruzar esos tortuosos, desconocidos y oscuros campos de autenticación que todos llevamos dentro, a sufrir el dolor de no engañarse a uno mismo, y a permitirse avanzar durante años de intensidad apenas unos escasos centímetros, es el único que puede llamarse sincero.
Esa persona, jamás expondrá a otro a semejante dolor.
No sólo porque sabe que es inútil, sino, porque no estaría siendo sincero consigo mismo al hacerlo.


* Quien habla miente. Quien dice, juzga o concluye, evidentemente piensa. Quien mide, subjetiviza. Acciones que realiza quien se cree de opiniones "sinceras".


Sincero = lo incontable


Fruto de la ilusión

“La felicidad perfecta no existe, y el mayor consuelo consiste en saber que la infelicidad perfecta tampoco.”

Las valoraciones, por sobre lo que a alguien le falta (o yo considero que así es), no sólo terminan siendo amplificadores de inestabilidad, ansiedad, miedo, depresión, angustia. Sino que provocan el desequilibrio de en demonizar a las personas, y a partir de esa conclusión tan reduccionista, no interpelarse a sí mismo, sino, siempre acusar al otro.
Lo opuesto entonces, también sucede. Se idealiza al amar, y es precisamente el resultado de esa frustración, lo que genera la decepción.
Es un refugio inteligente, para quien necesite convencimientos, aunque demasiado dual para los que se contemplan en los demás. Se adquiere inconscientemente, por costumbre, lo practican: madres, padres, amigos, hermanos, tíos, abuelos, novios, primos, jefes, amantes, etc., y así sucesivamente, hasta que uno mismo no tiene más remedio que caer en la tentación, total motivos sobran.
Hay gente que repite ese esquema toda su vida, sólo va cambiando de demonio o de dios, como de figurita, siempre encontrará las razones, todos las brindamos, a partir de allí no reparará en su propio error, es más fácil reconocer el ajeno. Negarle al otro la posibilidad de contradicción, de fracaso, de aprendizaje, es el inicio de una relación violenta que anula la condición primaria del verdadero amor.

-¿Cuántas veces deberé perdonar a mi hermano?
- Hasta setenta veces siete.

Blanco o negro

Todos los ríos tienen dos costas.
Cualquiera piensa: ésta o aquella.
Pocos tienen el valor de meterse al río,
nadar hasta el fondo
y comprobar que ambas,
son una.

Datos personales

Mi foto
Canto, desesperadamente canto/ con voz de tinta y letra de agonía/ rota por dentro, loca por fuera." Maria Elena Walsh

Querés seguir leyendo...Hay más.....Busca acá las otras entradas

Seguidores