Temer, es asegurar. Quien no se teme así mismo ni a los demás, no aseguraría:
“Las leyes son para ser cumplidas.” “Te guste o no, es así.” “La vida no es sólo lo que queremos.”
Estas tres nefastas aseveraciones, se ven absolutamente implantadas en el inconsciente de las personas, pero sobre todo, son “muletillas” recurrentes e inapelables, con las que cualquiera puede dar por argumentada su posición. Los invito a reflexionarlas, a buscar sus orígenes, a considerar tanto literal/gramatical, como semántica y semióticamente, cada una de sus palabras. En lo que a mí respecta, las seguiré aborreciendo, no tanto por lo que expresan, sino por quienes las usan, y el valor que les dan. Estoy seguro, que entre los que las emplean a diario (como máximas minimalistas) hay quienes ni siquiera comprenden las profundas contradicciones, que dichas frases contienen. Sin interferir en sus conclusiones, me despido, haciéndoles participe de la voluntariosa capacidad de poder analizar, resignificar, elegir, alterar, ampliar, y demás facultades mentales, a las que un ser humano, por su propia naturaleza, debiera ejercitar cotidianamente, en lugar de repetir cual perro condicionado, bien adiestradito, moviendo la cola, haciendo el muertito, paseando encadenado de día y ladrando de noche, cuidando su limitado espacio.