Patas para arriba

La verdad es que me sentía un poco mal. Sobre todo porque me dolía la cabeza. Me puse a indagar sobre las posibles causas. Encontré varias. Permanecí sentado, “curándome” en el living de mi casa.
Esa misma tarde, vino un amigo que es “profesional de la salud”. Nos quedamos charlando un buen rato, entre tanto, le comenté sobre mi molestia. Le tiré todo el rollo, sobre las razones que hipotéticamente podrían dar origen a dicha molestia. Me dijo, tomate un migral.
Yo me pregunté, ¿Este tipo no escuchó nada sobre toda la confabulación analítica social, cultural, política, personal y existencial que me aqueja?
Sí, claro que sí. Me respondió como si me hubiera auscultado. Lo que pasa es que vos sos más de las medicinas alternativas o complementarias… y yo, soy de la medicina clásica. Por eso te recomiendo un migral, para que te mejores rápido, y no sigas dándole vueltas al asunto.
Enseguida recordé la poca empatía que tengo, todo esto del consumo ha sido recontra estudiado. El marketing, se ha apoderado hasta de los nombres. Claro, medicina clásica, la que fabrican hace unas décadas los laboratorios. Claro, medicina alternativa, la que proviene de la naturaleza, hace miles de años. Claro, darle vueltas al asunto… reflexionar, detenerse, pensar, buscar en uno mismo…

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Canto, desesperadamente canto/ con voz de tinta y letra de agonía/ rota por dentro, loca por fuera." Maria Elena Walsh

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