Ser testigo

“Quien corre, no puede estar sentado. Quien está sentado, no puede correr.”

La mente no existe. Es más bien una sucesión de pensamientos. No es un lugar físico o intangible, sino un proceso, una acción: la de pensar. Esos pensamientos generan y despiertan emociones (se retroalimentan) y así vamos formando e involucrándonos en ideas, conceptos o esquemas que hacen a nuestra existencia. Uno tras otro, continuamente sin parar.
La mente se nutre de lo exterior, de lo que alguien nos dijo, pensó o vimos. De otras mentes. De lo que otras mentes quisieran, proyectan, buscan, anhelan, etc.
La mente, juzga, discrimina, parcializa, fragmenta, racionaliza, discierne, entre otras acciones.

También existen intervalos. Momentos de silencios. Acciones que nos abarcan por completo, y que mientras las realizamos no podemos pensar en algo que nos limite, ya que estamos inmersos en la experiencia. Hay infinidad de prácticas totalizadoras, que nos brindan perspectivas no duales.
Luego, hay gente que siempre se ve destinada a padecer el sufrimiento de considerarse minúscula, y hay gente que puede aceptar la distancia entre lo que “Es” y lo que le ocurre, entendiendo con gracia el arte de vivir.

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Canto, desesperadamente canto/ con voz de tinta y letra de agonía/ rota por dentro, loca por fuera." Maria Elena Walsh

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