Por ejemplo, un docente que da las clases presuponiendo que todos sus alumnos han alcanzado el nivel que su materia requiere, y entonces, en lugar de enseñar a quien tiene por educandos, simplemente explica y exige a quienes logran captarlo por llegar al nivel de capacidad preestipulado, siendo estos quizá, una mínima proporción, no está logrando lo que por su rol le corresponde, aunque su orgullo pretenda valerlo, simplemente marcó un perfil de alumno ideal y sólo a ellos se dirige, aunque la realidad le manifieste una deserción escolar o una depresión emocional en los alumnos que asisten a su materia.
Así, como éste, hay miles de ejemplos más, donde los resultados, evidencian la necesidad de un cambio en la concepción de la cual partimos y en la virtud que se quiere promover con la acción. Una práctica en donde la teoría se amolde al hecho y no al revés. Sobre todo cuando de profesionales se trata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario