El duelo

Mientras haya una mínima esperanza, es imposible realizar un duelo en paz.
Todo el tiempo los objetos de nuestras necesidades están muriendo, así como naciendo otros objetos (personas, hechos, situaciones, circunstancias, cosas) que ocuparán su espacio.
El deseo nos brinda y nos saquea, nos satisface y nos frustra, todo en su justa medida, o mejor dicho, a nuestra medida.
¿Qué ocurre cuando no estamos dispuestos a comprender la falta permanente y definitiva de alguien o algo?
Lloramos, como cualquier bebe. Nos duele lo que no está más. Nos duele en el espacio vacío, que suele radicarse físicamente, en el mismo lugar en que antes nos llenaba. Luego, nos deprimimos, o jejeje, nos aceleramos. Hasta que… en un caso normal (maniacos aparte), al cabo de un tiempo, se vuelve al equilibrio o ritmo habitual.

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Canto, desesperadamente canto/ con voz de tinta y letra de agonía/ rota por dentro, loca por fuera." Maria Elena Walsh

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