Explorar, como si fuera un viaje.
Una misión, si se quiere, un descubrimiento.
Vinimos a dejar todo, y probablemente, a llevarnos algo.
¿Mejor aceptarlo sin miedos?
Sin miedo, no significa sin razonar, sin prever, sin medir.
Pero dice el insatisfecho, el inconformista: el mundo está loco, y parece que quiere involucrarme en su afanosa incomprensión, y en su ambiciosa tristeza de relaciones mal pergeñadas durante siglos.
Pues bien, entonces, qué mejor que aprender a gozarlo.
Lo demás, cuenta para los que cuentan. Para los que sufren y se detienen, sin saber que sufrir, es herramienta motora de la felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario